Maldigo el dia proscrito,
en el que sin cesar,
brotaron en mis las amargas
duras aguas marchitas de mal.
Maldito dia que en huella,
dejaron tristeza en mi afán,
de tener una conciencia
serena y firme como un pedestal.
Estúpido ahora me siento! En ese día regar,
con mis lágrimas asuntos que no debería tratar.
Y ahora, coincidencias, a mi me demostrarán
que era mejor el reírme, que no el tanto llorar.
Así que jugaste sucio, engañaste a los presentes,
marcaste un tímido augurio, quedasen tan sonrientes.
Miráseme yo mi alma, al encontrarte tan solo,
mentiras, y nunca verdades, demostrarme sin decoro.
Que gran honor el tuyo, maldita seas por siempre,
le digo a aquel que ya sabe, no lo dice, no lo siente.
No hay lágrimas en sus ojos, secaran un dia todas,
de extraños sucesos diurnos, a muy distantes horas.
Ahora veo mi error. Y que desafortunado hago,
escribiendo poesía, para aquellos que en su día, rieron y la apoyaron.
Y ya no me siento mal. Jugaste una buen apartida, pero habrás de recordar,
que el buen jugador de poker, cartas no apuesta al azar.
Si juega, en mano descubre, total la felicidad.
Pero nunca verás que arriesgue, con dos o tres cartas de más.
Si sale la reina de picas, poker seguro tendrás.
Si sale el joker restante, en las llamas arderás.
Y toda la fortuna, que en mal quiesieras sacar,
se ahogará en el barro, y no lo podrás ocultar.
Comprendo tu mundo, elegida.
Comprendo tus lloros, amor.
Cupido lanza sus flechas, y todas, muy derechas,
impactan en el corazón.
La vida dolor nos infunde, y nosotros ansiamos placer,
pero a veces, consecuencias, nos matan y dejan de suceder.
Espero no llegue ese día. Por suerte soy hombre de leyes,
y violarlas no puedo, aunque, siendo consuelo, conocimiento de reyes,
tengo de todo un reino: sus campos, arados quedan, mejor que todos den fruto,
que nos alimenten por días, hasta que quedemos difuntos.
Perdonar se perdona, pero ya nunca se olvida.
Lágrimas que un dia cayeron, nunca más caerán, nunca más...
...al menos, aún no, todavía.