Vitae
Vida, mi vida eres tú, como ángel de buena esperanza...
Vida, honor de vivir, al escudo, honor y templanza.
Arduo el camino se hace, vivo, y al atardecer,
tu alma y la mía se unen, no es extraño, más no puede ser.
Quien dijo que amar es sabio, y bueno, lo dijo bien,
más el amor envenena, y yo, en buen dia, con ponzoña, así ha sido y contigo, amor, habré de perecer.
Odio y amor cabalgan, pasión en cruce de armas,
Loto del alma viva, de tus labios, callada...
Envelesas mi alma, cruz, amigo, una mirada,
Y no hay silencio profundo, cuando dos unidos, se alcanzan.
Quien sería buen herrero, y forjase una espada y un temple,
honrase como caballero, tu alma, tu rosa, tu flor,
Y bendijese al amor, la carne, el olor, mi mundo,
LLeno de vida y calor, y doblegarse no puede.
Tus manos son la canción, que acaricio en el arpa,
Tus ojos, el corazón, de las lágrimas amargas.
Tu expresión mi visión, al mundo que yo más deseo, y que
con todo corazón, en viva voz yo mantengo.
Querer es poco y muy justo, pero huír jamás no podría,
Dejare atrás tus canciones, y ya jamás no oiría,
de tus labios palabras que no llenarán los libros, jamás perdonarme podría,
huír, y no huir de tu abismo.
Anclar el barco en tu carne, jamás fue dolor para ambos,
pero eso, eso sólo tu lo sabes, nadie más, nadie lo conoce,
las noches no son eternas, pero son misteriosas,
a tu lado en la guerra, honor, la paz, el deseo, la gloria.
Y quien no fuera trovador, miseria y envidia tendría,
Y con sus gloriosas fauces, traidor, tropel, cantaría.
Pero este lazo, es eterno, nada y nadie rompería,
Lo que Dios ha unido, nadie jamas separaría.
Vida, mi vida eres tú, como ángel de buena esperanza...
Vida, honor de vivir, al escudo, honor y templanza.
Y nada más que decir, palabras se las lleva el viento,
Y, los vientos aquí son sabios, no escriben, alcanzan, lo nuestro.
Y es que la miel no esta hecha... para la boca del asno.
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